lunes, 24 de septiembre de 2007

El mito fundacional de la radio indigenista

Autor: Antoni Castells i Talens

Profesor asociado en el Departamento de Ciencias de la
Comunicación
en la Universidad de las Américas-Puebla
Tomado de la Revista Mexicana de Comunicación octubre - noviembre 2005

Las historias que aspiran a ser grandes tienden a construirse sobre un mito de origen y el de la radio indigenista ya tenía el suyo: el INI se encontró "un proyecto sin un proyecto", es decir, le tocó hacerse cargo de un medio sin quererlo ni saber qué hacer con su futuro. El actual sistema de radios indigenistas se ha tratado consistentemente como producto de esta casualidad de origen. Sin embargo, a pesar de su aparente solidez, a la narrativa de esta historia le urge ser revisada. El origen de esas radios y, sobre todo, el papel del INI en este origen, seguramente difieren del que cuentan libros, tesis y artículos de investigación.

El origen de la transmisión radiofónica de programas en lenguas indígenas en México queda lejos. Hace 25 años, la pequeña Radio XEVZ comenzó a retransmitir desde Tlapa de Comonfort, una comunidad de Guerrero en donde, según datos oficiales de la época, tres de cuatro adultos no sabían leer y la mitad de los niños no estaba escolarizada.1

La radiodifusora se creó para apoyar a la Comisión del Río Balsas (CRB), un organismo gubernamental creado para combatir la marginación en la zona, e inició transmisiones el 10 de marzo de 1979 en náhuatl, mixteco, tlapaneco, amuzgo y español como La Voz de la Montaña. Sin embargo, la CRB tenía los días contados y cuando el gobierno federal la desmanteló, la XEZV entera pasó a manos del Instituto Nacional Indigenista (INI).

Los objetivos de esa radio coincidían con los de la mayoría de programas del Estado hacia los pueblos indígenas de la década de los setenta: apoyar el proceso de desarrollo regional; motivar a las comunidades para que adoptaran innovaciones tecnológicas; integrar a las comunidades a la vida mestiza mexicana; fortalecer los rasgos culturales indígenas,2 y apoyar los programas de educación con campañas de alfabetización y castellanización.3

La radio de Tlapa tuvo éxito, tanto que el gobierno la consideró un modelo a seguir y en los siguientes tres años instaló nuevas difusoras en áreas indígenas de Tabasco, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua y Yucatán. El proyecto radiofónico en lenguas originarias adquirió cuerpo y se convirtió en lo que aún en 2005, ya oficialmente fallecido y enterrado el indigenismo, se llama Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas (SRCI), una red de 20 radios que transmiten en 31 lenguas para una audiencia potencial de cinco millones y medio de indígenas, según datos oficiales.4

El INI en la creación

Los investigadores de la radio hemos documentado, clasificado y escrito la génesis y la historia de las radios indigenistas con base en la revisión de documentos fundacionales y entrevistas con los protagonistas. Los trabajos de Perea de la Cabada5 , Vargas6 , Chan Concha7 , Cornejo Portugal8 , Castells-Talens9 y Ramos Rodríguez10 ejemplifican tal labor documental con algunas variaciones, pero esencialmente con un enfoque narrativo: el proyecto de radiodifusión indigenista empezó en la segunda mitad de la década de los setenta casi por casualidad. Algunos mencionan un proyecto de radioescuela castellanizadora que transmitió en onda corta de 1958 a 196311 , pero los investigadores trazamos el mapa del actual sistema de radios que transmiten en lenguas indígenas a partir de la emisora de Tlapa y las que le siguieron.

La radiodifusión indigenista nació de la Comisión del Río Balsas y, aunque la XEZV fue un proyecto compartido con el Instituto Nacional Indigenista (INI), nos gusta remarcar que la idea surgió de los antropólogos de la CRB, no del INI. Además, agregamos, la CRB tuvo más peso porque se encargaba de los trámites para la instalación y aportaba 75% del presupuesto, mientras que el INI sólo 25%, más un terreno para construir la radiodifusora. Para entendernos: la CRB era la madre y el INI, el padrino que se hizo cargo de la criatura cuando la madre pasó a mejor vida.

En general, hemos coincidido (y contribuido) en una narración consistente sobre el origen del proyecto. De hecho, hemos consolidado un mito de origen. El resto de la historia tampoco se presta a muchos desacuerdos. La Comisión del Río Balsas desapareció meses después de que naciera el proyecto y el INI se encontró con una radio, una herramienta que ni había solicitado ni sabía cómo utilizar.

Según la historia que hemos escrito entre todos, durante la primera mitad de los ochenta, la radiodifusión indigenista se caracterizó por su camino errático, por no tener ni dirección ni coherencia en el modelo de programación, que iba de formatos comerciales a algo parecido a radioescuelas. La explicación de esta política confusa y contradictoria radicaba, de nuevo, en la falta de visión del INI al no ser suya la idea inicial de un sistema de radiodifusoras.

Con el tiempo y la experiencia, las transmisiones fueron convergiendo hacia objetivos comunes, y aunque la confusión sobre la política de radiodifusión indigenista continuó y hasta fue reconocida desde las mismas radios12 , en la mayoría de las difusoras se entendía cuál debía ser su labor cotidiana. En 2003, la administración federal ordenó la desaparición del INI, con lo que las radios pasaron a depender de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Los objetivos del sistema de radios se están revisando, pero la actividad diaria de las radiodifusoras, la mayoría consolidadas, ha variado poco durante el sexenio de Vicente Fox.

Revisar el mito

Las historias que aspiran a ser grandes tienden a construirse sobre un mito de origen y el de la radio indigenista ya tenía el suyo: el INI se encontró "un proyecto sin un proyecto", es decir, le tocó hacerse cargo de un medio sin quererlo ni saber qué hacer con su futuro. El actual sistema de radios indigenistas se ha tratado consistentemente como producto de esta casualidad de origen. Sin embargo, a pesar de su aparente solidez, a la narrativa de esta historia le urge ser revisada. El origen de estas radios y, sobre todo, el papel del INI en este origen, seguramente difieren del que cuentan libros, tesis y artículos de investigación.

Un documento inédito de más de 200 páginas demuestra que el INI tenía interés en crear su propia red de radiodifusoras indigenistas desde, por lo menos, 1966, y que ya entonces se proyectaba un sistema con muchas coincidencias con el actual. El proyecto, firmado por Rufino Alejandro Gatica García, es una tesis de ingeniería en comunicaciones y electrónica del Instituto Politécnico Nacional titulada Proyecto de un sistema de escuelas radiofónicas para el Instituto Nacional Indigenista. El documento incluye desde elementos sociales, como los objetivos de las radios, hasta aspectos de viabilidad, como los presupuestos detallados del sistema.

La mayoría del informe está consagrado a aspectos técnicos de transmisión, la asignación de frecuencias, los tamaños de las torres o las características del equipo idóneo para la locución. El detalle, el rigor y el propio título del estudio hacen difícil pensar que se haya elaborado sin la colaboración y el conocimiento del Instituto Nacional Indigenista.

Hace casi 40 años, los objetivos oficiales del indigenismo se encontraban en las antípodas de los de ahora y el modelo de comunicación para alcanzarlos era el de escuelas radiofónicas, pero el sistema que se pretendía implantar en 1966 tenía claras coincidencias con el actual. Así, el proyecto incluía la instalación de 10 difusoras en zonas que hoy también albergan radios. Es más: en seis de los municipios que se propusieron entonces, años después se montaron radiodifusoras indigenistas: Tlapa de Comonfort, Guerrero: (XEZV, 1979); Peto, Yucatán: (XEPET, 1982); Tlaxiaco, Oaxaca (XETLA, 1982); Guachochi, Chihuahua (XETAR, 1982); Cherán, Michoacán (XEPUR, 1982) y Jamiltepec, Oaxaca (XEJAM, 1994).

Por el contrario, los objetivos explícitos de las radios establecidos en el documento tienen poco en común con los del siglo XXI, pero pueden explicar aspectos poco claros de la historia de la radio del INI. Los embriones de difusoras de los años sesenta tenían que solucionar "la incorporación de nuestros compatriotas indios a la cultura nacional"13 como paso indispensable para el desarrollo económico de la República. Esta incorporación de las poblaciones indígenas se entendía en clave para lograr la aculturación indígena y, por lo tanto, los cambios introducidos por las radios debían ir más allá de proporcionar riqueza económica:

Es indispensable que la acción se realice no sólo en la vida material, transformando las prácticas agrícolas y ganaderas, introduciendo nuevos cultivos y técnicas, sino también cambiando las formas indígenas de reaccionar frente al medio, modificando sus conceptos y mejorando su educación.14

El fin inmediato que perseguía el INI era la modernización (u occidentalización, dice el documento) y para ello dedicaba un apartado especial a los agentes del cambio cultural, es decir, a las personas que trabajarían en la radio para lograr la aculturación de las comunidades indígenas. Para reducir la resistencia al cambio, el informe acentúa que los encargados de esta tarea debían ser indígenas: "El proceso de aculturación no debe implementarse directamente sobre la comunidad sino por medio de individuos extraídos de la misma".15

El objetivo específico de las radios consistía en facilitar información a los agentes de cambio encargados de aculturar a las comunidades. Los programas radiofónicos incluirían entretenimiento, pero también divulgación de técnicas agropecuarias y temas de salud, promoción económica, cultura e interés cívico. Tales rubros son los mismos que abordan las radios indigenistas del siglo XXI y constituyen la columna vertebral de la barra de programación que las distingue de la radiodifusión comercial.

Otros programas de las radiodifusoras ideadas en los años sesenta se concibieron para intensificar las campañas de castellanización y contribuir a la homogeneización de las regiones.16 La idea de radios homogeneizadoras se ha evaporado con los años. La cruzada castellanizadora aún presente en la primera radio de Tlapa, se fue quebrantando hasta esfumarse del todo. Seguramente desapareció primero de la práctica cotidiana de las radiodifusoras y después de la teoría indigenista de Estado, pero en cualquier caso, la castellanización dejó de figurar en los objetivos de las radios, aunque en las radios de hoy, la lengua española sigue estando presente, incluso cuando no es necesaria.17

Nos encontramos, por lo tanto, frente a tres elementos que obligan a revisar el mito de origen y, sobre todo, la idea de un INI sin proyecto de radio. Primero: las radios que se instalaron de 1979 a 1999 siguen un patrón geográfico casi idéntico al diseñado en 1966. Segundo: tanto el formato de escuelas radiofónicas como los programas de salud, agricultura e interés comunitario y cultural, ya planteados en 1966, formaron parte de las radios en los ochenta, y los temas siguen en la programación de nuestros días. Tercero: los objetivos erráticos y contradictorios de las primeras difusoras podrían ser explicados no por la falta de visión del INI, como se ha escrito una y otra vez, sino precisamente por la claridad de su visión en los objetivos homogeneizadores. Es posible, aunque de momento sea sólo una hipótesis, que esta etapa de confusión la motivara el choque entre el enfoque castellanizador-occidentalizador del INI por un lado, y los intereses de los trabajadores indígenas de la radio y de las audiencias por el otro. Siguiendo tal razonamiento, los cambios en la política indigenista se pueden explicar en clave de resistencia desde las comunidades o desde las mismas radios.

Implicaciones

Las implicaciones de la nueva información que aparece en el proyecto inédito se extienden más allá de la simple curiosidad histórica. Los nuevos datos aportan más preguntas que explicaciones sobre el origen y el posterior desarrollo de la radiodifusión indigenista, pero esas preguntas son trascendentales para entender la evolución de la radio como política comunicacional del Estado hacia los pueblos indígenas:

¿Por qué no prosperó el sistema de radios de 1966? La solidez del documento de Gatica García parece apuntar hacia un proyecto meditado y viable y los 25 años de radiodifusión indigenista demuestran que hubo continuidad a la radio instalada en Guerrero en 1979. No se explica, entonces, por qué el INI tardó tanto en apropiarse del proyecto y desarrollarlo.

¿Hasta qué punto el Estado había modificado sus políticas tan sólo una década después del documento y hasta qué punto el cambio se produjo sólo en la retórica? Los objetivos indigenistas de 1966 diferían de los de 1979, pero se debe diferenciar entre las políticas explícitas (lo que el gobierno dice que hace) y las políticas implícitas (la negociación cotidiana de las acciones radiofónicas entre el gobierno y las radios). Las radios que se proponían en 1966 tenían el objetivo explícito de aculturar a las poblaciones indígenas, es decir, propugnaban la desaparición de lenguas y culturas en lo que cuatro décadas después no dudaríamos en calificar de etnocidio. En 1979, aún se hablaba de castellanización, pero también de fortalecer los rasgos culturales indígenas, y en pocos años desapareció la palabra castellanización de la política explícita de radio, pero parece razonable dudar de la sinceridad de un giro tan radical en tan poco tiempo.

¿En qué medida tiene el INI presente su proyecto de 1966 cuando asume el control de Radio XEZV en 1979? ¿Qué sucede entre 1966 y 1979? Si, como escribe Vargas18 , el Instituto Nacional Indigenista mantuvo una radioescuela de 1958 a 1963 y si tuvo un proyecto para crear un sistema de 10 emisoras en 1966, parece inexplicable que abandonara por completo la idea de usar la radiodifusión durante 13 años. Este periodo puede contener soluciones a los problemas que nos plantea el documento de las radioescuelas. Es un reto difícil, pero la búsqueda de respuestas a estas preguntas exige seguir indagando en archivos y contactar a los protagonistas aún anónimos, muchos de los cuáles posiblemente fallecieron.

El mito fundacional de la radio indigenista está abierto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabemos lo importante que es encontrar medios para poder incluir a los diferentes grupos etnicos de nuestro país que no saben hablar español, para que estos esten informados de lo que pasa en nuestro país, y que mejor que un medio como el radio, teniendo como este el punto mas importante el tratar de mantener las costumbres y tradiciones, asi como también la radio sirva como puente para poder dar a conocer su situación a los mexicanos que la ignoran y poder acerse escuchar, en mi opinion pienso que tenemos que detenernos a pensar como podemos realmente incluir a los indigenas a la forma de vida que llevamos y si es la que ellos realmente quieren pues siempre se oye que se le deben de dar derechos a los indigenas pero realmente no pasa nada, en cambio este es el primer paso, el radio pues es un medio en el cual cualquiera tiene acceso y significa un acercamiento de los indigenas con la sociedad digamos que moderna, y en cierto modo hay una interaccón de estas dos culturas.

Enrique Palafox
Cultura Mediatica
Diego Vallejo

sofia dijo...

RADIO INDIGENISTA

Tenemos la gran ventaja de que la radio de México cuenta con una gran cantidad de programas dirigidos a diferentes audiencias, entre las cuales se encuentra el que va dirigido a la gente indígena como mencionaré a continuación.
Es realmente muy bueno el hecho de que se haya creado un espacio dentro de la radio para los indígenas, considero esto como una muy buena forma de contribuir al desarrollo de miles de pueblos.
La manera en que este proyecto ha ido creciendo es impresionante al igual que el lugar tan importante que han logrado ocupar tanto en AM como en FM, todo esto en distintos municipios y una serie de lenguas indígenas variadas.
Me parece una muy buena idea la posibilidad de hacer que también el pueblo indígena participe, para entender de una mejor manera su opinión y su cultura.
Pero lo que yo veo mejor de todo esto es que desde épocas pasadas surgió la idea de tomar a las comunidades indígenas como un factor clave dentro de la radio, a través de su música y desempeñando funciones tanto informativas como culturales.

Sofía Chabaud López
Grupo:C EnriquePalafox

Anónimo dijo...

Tuve la gran dicha de estar en una estacion de radio indigena colaborando por un corto tiempo, fue una experiencia inolvidable debido a la calidad de gente con la que estuve, la estacion era transmitida en maya, por AM, pertenecia y era patrocinada por la parroquia local, con equipos muy austeros (si se quiere ver de esa manera)(3 computadoras y 5 microfonos). Entender que estas estaciones esta ahi porque le sirven a la comunidad son exactamente para lo que estan hechas, aun exista el celular, la informacion entre una familia y la otra (obviamente que viven en otro pueblo), para hacerse saber si tienen agua o no. Escuchar la radio significa mas que solo oir musica. Incluyendo los sermones de los domingos donde recae la funcio para la que fueron creadas estas emisoras, aculturisar que de alguna manera en su momento lo lograron pero ahora es totalmente otra su función.

China Castellanos G.

ximena martinez cia dijo...

Desde mi punto de vista la radio indigenista es un medio muy práctico y noble para comunicarle aquellas personas que carecen de medios para hacerlo.
Por ejemplo, estas radios existen en Oaxaca y en Chiapas y éstas informan a los habitantes cosas tan cotidianas y esenciales, que sin esa información esas pequeñas comunidades, vivirían en la ausencia absoluta de la información y así aislándolos del mundo en el que vivimos.
Pero gracias a que existen las radios indigenistas, esas comunidades viven en un mundo comunicado y de esa manera pueden fomentar a los jóvenes a preservar su dialecto.